El mundo acaba en La Patria

Y no hay más. Brasil, Italia, Alemania, Argentina, Uruguay, Inglaterra y Francia. Ya iba siendo hora. Los gabachos modificaron esta lista en el 98, que llevaba veinte años sin variación alguna. Y ahora le toca a La Patria. A nosotros nos importa una puta mierda la justicia en el furgol. En realidad, creemos que no existe. Pero, en esta ocasión, da la casualidad de que la cosa ha estado muy cerquita. La vida no es un cuento de hadas, y ser el mejor no te asegura nada. Si acaso, llevarte una hostia más grande que el resto cuando pierdas como los demás.

Pues resulta que esta vez sí. Y fue cara y no cruz por la culpa de Iniesta. Claro que es por el equipo en su conjunto y todas esas mariconadas, pero en la Historia quedará el número 6. En la Historia de verdad, la de los mundiales, la que te preguntan en el quesito naranja del trivial. Y esto es La Patria. El gol lo tenía que meter un tipo canijo, bajito, blanco como la cacha de una monja, calvo y de un pueblo manchego. Un latin lover. El partido lo vio todo el mundo y, sino, haberlo visto. Decir, como mucho, que los holandeses hicieron lo que pudieron. Si hay once cabrones delante de ti mejores que tú pues habrá que pegarle patadas hasta en el cielo de la boca, que la cosa iba de ser campeones del mundo. Y tuvieron un par de ocasiones clarísimas en las que el besador de Móstoles contuvo a Robben. Por cierto, Van Bommel es un tipo peculiar. Lleva toda su carrera furgolística mosqueado, y eso que nunca fue demasiado malo, pero reparte que da gusto. Encima, tras su paso por aquí, debe recordar las palabras básicas del idioma de Cervantes porque, en la primera parte, con el alopécico glorioso tirado en el suelo le dedicó un bello verso anónimo del poemario patrio: tu puta madre. Y, bueno, eso. Don Pantuflo no hizo caso a las pamplinas que se habían escuchado estos días y, a la mínima que vio la cosa jodida, sacó a Navas. El entrenador holandés, que se debe dedicar a ver furgol en lugar de a leer la prensa, modificó su alineación para parar al muchacho. Le salió medio bien, porque el gol se inicia con una carrera del palaciego.

Ya iba siendo hora de poner producto nacional. Aunque sea de goma.

Y palaciego el de los muchachos en el autobús cuando pisaron tierra patria. Que no es santa, ni falta que hace. Decían que se iban a controlar las bebidas, pero parece que no. Hacen bien. Nosotros cogimos la tajá viéndolo por la tele, anda que si fueramos uno de ellos no podíamos ni tenernos en pie. Más o menos como Piqué antes de escupir a Cortés, ese personajillo. Si no tenéis ni puta idea de qué mierda estamos hablando, buscadlo en Gooooooooogle. El españolito medio se echó a la calle o cogió la carretera para acabar en Madrid y contempló el paseo triunfal y el numerito final. Lo de Reina lo habréis visto todos. Fue lo más interesante, porque, entre la cogorza que llevaban y que a la mayoría se le concedió la habilidad de jugar bien pero no de hilar una veintena de palabras seguidas, no pasó gran cosa. A Bisbal casi le tienen que retorcer los pelos hasta el llanto para que se fuese del escenario. Y a Manolo Escobar lo descongelaron para que se marcase un playback apañado. La Patria es así y siempre lo será.

No podía faltar a la cita, aunque esta vez lo hizo en la intimidad. Con los años va mejorando la técnica, ya con copa de balón. Si gana la próxima Eurocopa lo hará con una pecera.

Bueno, mamonadas al margen, que la cosa ha sido enorme. Un Mundial es pelearte con los demás países hasta que no quede otro más, y que por eso es bonito. Si lo era cuando ganaban los de fuera, ni que decir tiene cómo lo es ahora. El furgol es lo que es, y al que no le guste que se vaya. Sabiendo darle su lugar, uno no puede más que alegrarse al ver a tipos cuyas vidas son una puta mierda celebrando algo. Algo bueno tendrá todo esto. Y, si no lo tiene, ya nos iremos dando cuenta. Mientras tanto, La Patria va a ser la mejor del mundo hasta dentro de cuatro años. Igual que lo fue de Europa. Que se dice pronto. Un grupo de jugadores a los que no se les ocurrió otra cosa que poner las pelotas encima de la mesa y no permitir que se las comiesen a bocados, como era habitual por estos lares. Las pusieron y se dedicaron a pasárselas entre ellos, tranquilamente, y los demás no podían sino mirar y, si acaso, endiñarle de vez en cuando. Ojo, que nosotros nos hubiésemos alegrado igual si el modelo empleado es otro. Aquí sólo vale ganar, ganar y ganar, que dijo Don Luis. Y esta vez se hizo. Como nunca se había hecho. Como nunca se volverá a hacer, porque las primeras veces siempre son inolvidables. Que se vayan a tomar por culo los demás, que ahora le toca a La Patria.

Postdata que no le importa a nadie: nos vamos de vacaciones, intentaremos seguir adelante aunque no haya Mundial. Volvemos en la segunda semana de agosto.

Vamos recogiendo

Estamos presos. No nos dejan escribir. Se ve que hemos molestado a alguien. Nos enteramos de la actualidad con cuentagotas, y los compañeros del módulo no saben mucho más allá de las trompetitas, el pulpo y la puta que los parió. Imaginamos a los señores (o lo que sea) lectores del blog informados por otras vías, así que no hay que entrar en los partidos pasados. Ahora que hemos escapado, usando el viejo truco de Cadena Perpetua con un poster de Luis Aragonés y zambulléndonos en la mierda luego, podemos soltar nuestras certeras mamonadas por aquí. La Patria le cortó el vuelo a la Alemania mestiza que eliminó a El Diego y los holandeses, con más suerte que otra cosa, mandaron al carajo a los uruguayos. Casi al final pudieron empatar los sudamericanos, pero la celebración naranja fue inevitable.

El calvo del calvo.

Como resultado de esto que contamos, y del cabezazo de Puyol, ayer se jugó el partido por el tercer puesto. Suena a truñaco pero estuvo bastante interesante. Antes de empezar, los capitanes iban presentando a sus jugadores al presidente de la FIFA, en un gesto muy extraño. Ver a Lugano decir mira, este es Fucile, mi colega, y al gordo Blatter apretarle la mano con una sonrisa falsa, es una estampa que aún no sabemos describir muy bien. Con la cosa ya empezada, tuvimos de todo. A los diez minutos ya habíamos visto un gol anulado, un balón al poste, una patada de un alemán que merecería ser incluido en nuestra sección El leñazo de la semana, una rabona de un uruguayo y, por si fuera poco, se pone a diluviar. Muslera había sido propuesto como uno de los mejores porteros del torneo y ayer se empeñó en tirarlo todo por la borda, y comenzó regalándole un gol a ese pedazo de jugador que es Müller. A partir de ahí se le hincharon las pelotas a los uruguayos, que no se habían visto en otra en medio siglo, y empezaron a jugar. El bicharraco Pérez roba la pelota en la media y Cavani, jugador con una actuación bastante mojonera en este Mundial, finaliza bien una contra de libro. Poco después, Suárez tuvo una similar y no pudo acertar. Por cierto, que el furgol se amaricona a pasos agigantados no lo vamos a descubrir nosotros, pero eso de que al chaval le pitaran cada vez que la tocara por salvar a su puto país parándola con la mano es para que hubiese marcado un gol y, en la celebración, se sacara el carajo y meara el estadio entero. Lástima que no lo hizo, ni siquiera en la reanudación, cuando, nada más empezar, tuvo una ocasión clara. Al minuto siguiente Forlán la pegó a romper y, como suele hacer, la coló. Qué jugador el uruguayo. No muchos podrían salir al campo, si quisieran, calzándose dos botas de oro para echar unas carreritas. Poco duró la excitación sexual a los celestes, porque Muslera la volvió a liar en una salida y un tío más sieso que una piedra marcó. Después del partidito que se estaba marcando el muchacho, podría haber hecho algo más. Vamos, para que le anulen el gol por la celebración. Y, bueno, la cosa siguió igual, ocasiones para los mestizos y los sudamericanos, y al final el turco Khedira aprovecha una mamonada en el área uruguaya y la cuela. Se acabó lo que se daba para esta gente, unos ni imaginaban ser los cuartos del mundo y los otros, viendo lo que les pasó por encima el otro día, es lo máximo a lo que podían aspirar.

Obviamente, no se iba acabar el Mundial sin que apareciese la mujer de Schweinsteiger. Hay foticos más interesantes por ahí, pero la de la cerveza nos gusta más.

Y ya está. Nosotros aquí hablando de mariconadas cuando La Patria está a unas horas de poder proclamarse campeona del mundo. Repetimos. Campeona del mundo. El pueblo está excitado, y eso se nota en los bares, los balcones y los comentarios de gente que lo más redondo que jamás vio era una caja de pescado. Pero bueno, hoy se acepta a toda esa gente también. Que no venga a joder Sneijder (empatado a goles con Müller, Forlán y Villa) que él ya ha ganado todo lo que se puede ganar. Que no vengan a joder las perracas holandesas ofreciendo mamadas a todos sus compatriotas, a los jugadores y, si se escantilla, el pulpo se lleva la suya. Que no venga joder nadie. Si hasta los holandeses juran amor eterno al Rey español en su puto himno. Nos da igual hasta el equipo, pero parece que repetirá Pedrito. Que lo haga igual que en las semis, pero pasándosela a los que van vestidos del mismo color que él cuando están solo ante la portería, estaría aún mejor. Fijaos si la cosa es grande, que Platini se paró a pensar que La Patria podía reinar en el fútbol mundial, y le dio un telele al corazón que casi lo deja en el sitio. Eso debería bastar como resumen para la cita de esta noche. Si a un francés no le gusta, a nosotros sí. Ya ha caído la primera cerveza, a ver cuando estamos en disposición de volver a escribir.

Los buenos siempre fueron los locos

No han decepcionado los cuartos del Mundial. El de la tarde, con la fresquita, se preveía un partidazo. Y, bueno ha tenido lo suyo, sí. Los brasileros empezaron meándose en Holanda, sobre todo en Heitinga, que decidió darse un paseo por el centro del campo en lugar de cubrir su zona y dejar que Robinho marcase el primero. Cuando uno tiene cara de mongolo y se comporta como un mongolo, en la mayoría de los casos, estamos ante un mongolo. Un tal Ockham tenía una navaja con alguna frase similar grabada. A lo que vamos, que a partir de ahí, y comandados en la media por un buen Alves, se sintieron muy cómodos los muchachos estos. El hombre de cristal jugaba cambiado de banda para evitar al bicharraco Maicon, y se empecinaba en repetir un recorte ineficaz en lugar de pegarle de primeras en las múltiples oportunidades que tuvo para hacerlo. Entre una cosa y otra llegaron al descanso y, tras la reanudación, empezó lo bueno. Sneijder centra con la pierna mala y Felipe Melo (cuesta decidirse por un chiste con este apellido) se la mete en propia, haciendo inútil la salida de Julio César. Poco después, el centrocampista del Inter marcaba a placer mientras el de la Juve debía cubrirle. Melo, para completar su papelón, pisa a Robben y lo expulsan. Bien, campeón. Dunga, en una estrategia táctica novedosísima, decidide quitar a su delantero centro y pichichi para poner al suplente. Y así se quedó la cosa. Ni Lucio de delantero, ni otro atacante más. Ni siquiera agotó los cambios. Pues a la puta mierda. Al menos, dice que ha dimitido. El seleccionador holandés, ese hombre que se sienta al lado de Frank de Boer en el banquillo, ha dicho en rueda de prensa que hoy se va a coger una tajá como un mulo y ya mañana verá qué cipote es eso de las semifinales.

El servidor sigue amamonado y no nos deja colgar fotos. De todos modos, ahí va el enlace de la imagen del monumento que le han construido en Rio a Dunga para recibirlo: http://spd.fotolog.com/photo/13/5/84/equilibrio_y_yo/1254849973474_f.jpg

Y por la noche el otro partido, con la misma fresquita que antes. A priori eran los cuartos más pestosos, pero la cosa ha estado bien. En realidad, lo que ha valido la pena es el final. Para llegar rápidamente a eso, decir que Muntari ha colado un balón de playa en el campo, ha tirado a puerta, lo ha metido y se lo han dado por válido, y que Forlán hizo lo propio algo después. El portero negro, no obstante, es muy malo. El resto del encuentro, pues los africanos intentando tocarla y los sudamericanos confiando en su nivel arriba. Ya en la prórroga, se ha seguido viendo lo mismo. Cabe resaltar que no es demasiado habitual ver un tiempo extra con propuestas de fútbol elaborado, pero, en esta ocasión, ha sido así. Y, al final, la traca. Los negros tirando como locos dentro del área, Luis Suárez bajo palos y acaba haciendo un paradón. El portero de enfrente no lo hubiese hecho. El árbitro lo ve y a la calle. Gyan, en el puto último minuto, la manda al travesaño y el colegiado, inmediatamente, pita el final del partido. Eso le pasa por caernos bien. Aún así, demostró tener las pelotas como sandías cuando fue el primero en lanzar en la tanda de penaltis. La cosa desembocó en que a Abreu le tocaba tirar el definitivo. Lo tiró con una frialdad humillante para el rival. El tipo se jugaba que su selección entrase entre las cuatro mejores del mundo casi medio siglo después, y se saca la churra y la cuela casi sin darle.

Y ahora nos cambiamos de párrafo para hablar de Abreu, principalmente, porque nos apetece. Que para eso nos hemos hecho un blog. En el imaginario colectivo del aficionado furgolístico español pervive la jugada en la que, cuando estaba en San Lorenzo, el regate al portero le queda a la pierna mala y, al tratar de ponérsela a la zurda, el tipo se cae y no la mete. Fruto de aquello, su nombre suele ser entonado de una manera que pretende ser cómica. Muy bien, nosotros también veíamos El Día Después. Sin tenedores ni nada, que lo ponían en abierto. Resulta que Abreu se dedica a hacer su trabajo. Con la selección, sale casi a una media de un gol cada dos partidos. Lo de los equipos es tema aparte. Ha estado en casi una veintena de clubes, cumpliendo en la mayoría de ellos con un promedio goleador bastante aceptable. Ha sido pichichi en varios campeonatos. Y el tío es alto, feo, antes se peinaba de formas extrañas y está como unas maracas. Pero lo llaman, marca y se va, a otro sitio, al otro lado del mundo. Ahora, con todos los tiros dados que lleva encima, marca el penal definitivo que mete a Uruguay en las semis y, a los ojos del gran público, queda como un genio. No lo insulten. Es un tio que se dedica a marcar goles. Un sicario. El fútbol está cada vez más dominado por los atletas. Bien de fondo o bien velocistas, pero atletas. Gente que corre. Mariconas, al fin y al cabo. Y por las tácticas, las camisetas anti transpirantes, las portadas de videojuegos, las estrellas de pop malo y la puta que los parió. A nosotros aún nos gusta ver a tipos como Abreu haciendo lo suyo. Y en qué escenario. Resulta que, al final, la Historia también tenía un huequito para un Loco más.

Y ya está, que parece que es nuestro hijo. En el próximo club que se coloque nos llevamos comisión. Lo de mañana, pues bueno, ya se sabe lo que hay. No decimos ná. Y lo decimos tó.

De descanso

Pues eso. El Mundial parado y nosotros con los exámenes terminados. Así sí, esto ya es otra cosa. Quedan diez partidos únicamente, habrá que saborear cada minuto de lo que resta, después de haberse tragado más truñacos que un coprófago. Resulta que Holanda ganó pero no hizo gran cosa, y que los brasileros, a poco que hagan algo arriba, golean. Mañana se enfrentan entre ellos. Los japoneses se han concentrado tanto en aprender a tirar faltas que se olvidaron de los penaltis, así que para la casa con paredes de papel. Fuera. Cardozo no dejó que sus intestinos hicieran honor a su apellido y la coló suavecita en el lanzamiento definitivo. Y La Patria ganó a Portugal, claro. Con el gol una mijita en fuera de juego, pero bueno. Que se jodan. A partir del gol de Villa se jugó mejor, pero es que los vecinos tampoco hicieron mucho. Llorente mejoró a Torres, que no está. A Don Pantuflo le están montando un debate que no sabemos cómo va a solucionar. Volviendo al partido, mención especial para Capdevila que citó para endiñarse hasta a Durao Barroso, y logró expulsar a uno poco antes del final. Desde lo del cubata se convirtió en imprescindible en la selección. Y si el que lo tiene que sentar es Arbeloa, aún más.

Que no haya partidos no quiere decir que no pasen cosas. Todo lo contrario. Aguirre se quita de en medio en México, los italianos presentan al nuevo entrenador y el astrólogo gabacho, como no podía ser de otra forma, le echa la culpa a la prensa de su eliminación. Pero lo bueno ha ocurrido en Nigeria. A los negros les ha ido tan mal que el presidente, llamado Goodluck (jeje) ha dicho que dos años sin ir haciendo el chufla por los campos de furgol y a otra cosa. Cambiando de tema, Chilavert dice que está muy contento por la designación arbitral para el partido que les enfrentará a La Patria, y que incluso le ha mandando un mensaje al móvil al guatemalteco. El sábado es día de partidos grandes. Los alemanes están hablando mucho, quizás más de la cuenta. Schweinsteiger (corta y pega, sí), Lahm, Matthäus, Bierhoff y cualquiera al que le pusieran un micro en la boca rajaba de El Diego o de los argentinos. Incluso Pelé, que no es alemán, pero sí anuncia cosas de pichas flácidas. Y un poco carajote, también. No es el único pique, Johan y Dunga andan mariconeando por un no sé qué de pagar entradas o ir de gañote. Muy interesante todo, sí. Pero lo verdaderamente importante es que Manolo el del bombo es baja por lesión. La Patria está jodida. Más. El tipo se despide llorando en un vídeo alojado en la web del diario más vendido y mojonero del trozo de tierra en el que nos ha tocado vivir. Se rumorea que Don Pantuflo ha pedido permiso a la FIFA para llamar a algún freak que esté libre y así completar la plantilla. De lo contrario, Reina podría ocupar su lugar.

Mañana se reanuda el jaleo. Dos partidos, dos semifinalistas y dos fracasados. Brasileros, holandeses, ghaneses y uruguayos. Estamos expectantes. Si se ha hecho muy largo sin las fotos, lo comprendemos, pero es que el servidor lleva un tiempo estropeado y no nos deja subirlas. Se masca la tragedia. Nos vamos, que hemos quedado. Estaremos en una boda gitana, así que no tenemos ni idea cuántos días pasarán hasta que volvamos a soltar mierda por aquí. Viva el furgol.

El furgol se juega los domingos

A lo tonto, llevamos mucho tiempo sin actualizar esto. Y unos pocos días en un Mundial dan para mucho. Como suponemos que los señores (o lo que sea) que nos leen tienen otros medios para enterarse de qué pasa en Sudáfrica, nos vamos a ahorrar lo antiguo. Si acaso, pasar, aunque sea de puntillas, por el fracaso italiano. El campeón hace menos puntos que los kiwis y no pasa de la fase de grupos. Igual que el subcampeón, por cierto. Además, Kim Jong-il está mosqueado. Para una vez que echan un partido en directo en su país, les cuelan siete. Además, la puta FIFA, tan anti comunista como siempre, los metió en el grupo más jodido de todos. Aguantaron a los brasileros, y luego se borraron. Alguno hasta se escapó de la concentración. No es descartable que lo hicieran más y pusieran a jugar a los primeros chinorris que vieran por allí. Que en África también tiene que haberlos. Eso explicaría el nivelito de los últimos partidos. Y bueno, que los japoneses le han pillado el truco a marcar goles de falta (pulsan dos veces a la mitad de la barra y luego efecto con los botoncicos de atrás) y se han clasificado. La Patria, por su parte, jugó regular, pero ganó bien. El alopécico manchego volvió por sus fueros y así todo es más fácil. La defensa sigue generando dudas, pero ya no ha vuelta atrás. Nos esperan los tipos esos que están al lado en los mapas y tan lejos en cuanto a cariño en los corazoncitos de cada españolito que haya descubierto que las toallas son igual de buenas o de malas en todos sitios.

Ayer la cosa ya se puso seria. Tú contra mí, noventa minutos (a veces media hora más) y nos partimos la cara. Y el que se lleve más hostias se va para su país de mierda. Los primeros en empezar tan bella práctica deportiva fueron los coreanos del sur y los uruguayos. Portero oligofrénico, gol de los sudamericanos. Empataron los chinos y al final Suárez, que va para jugador caro, si no lo es ya, marcó un golazo. El árbitro la cagó en casi todo lo que hizo. Los celestes son buenecitos, pero tampoco tanto. El cuadro les ha beneficiado mucho. Ya lo dice su entrenador, que no entienden cómo carajo están entre los ocho mejores del mundo. Y por la noche, yankees y negros jugaron un partido apañado. Nada del otro mundo, pero lo vimos en un bar americano y eso quizás hizo que fuera más interesante. Gyan, el jugador que hemos apadrinado este Mundial, es muy bueno. Ayer coló el definitivo en la prórroga. El tipo que hizo el penalti es buenecito, y lo gracioso es que está en el Granada B. También en los cuartos de final del Mundial. Cosas de la vida, dirá Jonathan. Los yankees van mejorando en su juego, sí, pero si les ganaron los negros que únicamente saben correr, es que les falta todavía mucho. Cierto es que allí vive mucha gente, pero ya tienen cuatro deportes mayoritarios. El fútbol no les hace falta para nada, así que ya pueden empezar a dejar de tocar las pelotas redondas con los pies. Y que Donovan se deje de pamplinas y juegue en Europa regularmente, y no a préstamo como Beckham.

Una chinorri viendo el último partido del Mundial para ellos. Bueno, creemos que es una, pero nunca se sabe.

Y llegamos al domingo. Nos imaginamos la gran cantidad de dirigentes herejes y alemanes que arden en el infierno quedando para ver el partido con unas cervecitas y añorando tiempos en los que sus compatriotas se enfrentaban para matarse. Bueno, a lo que vamos. Que los mestizos son mucho mejores y ha sido una goleada curiosa. El encuentro comenzó con el dominio alemán y, como resultado del mismo, con un par de goles. El primero de Klose no haría sino evidenciar que Terry está muy lejos de ser un central de los mejores del mundo, si es que alguna vez lo fue. El segundo fue del otro polaco, que se motivan una barbaridad cuando llegan las grandes citas. Cuando la cosa parecía un baño, los herejes se despertaron. Algunas veces lo hacen, sí. Redujeron distancias y, al siguiente minuto, llegó el robo. Como hace 44 años, pero al revés. Un balón de Lampard que entra claramente y el árbitro uruguayo, que está entre los de más alta estima, no lo ve. Ni él ni su asistente. Llama la atención que Capello lo celebre sin dudar. Vamos, que se tuvo que ver claro. En la tele en directo no parecía haber lugar al error. En la segunda parte los ingleses no hicieron nada. Nada bien, claro, porque siguieron defendiendo igual de mal. Otro tiro de Lampard se estrelló en el travesaño, y poco más. A la contra, Ozil y Muller se rieron de los herejes. Cuatro goles que hacen que el escándalo arbitral se rebaje una mijita. Los ingleses únicamente han llegado a semis dos veces: en Italia 90, cuando perdieron por penaltis contra los mismos de hoy y Lineker acuñó su frase, y en el 66 cuando ganaron el Mundial. El resto, puta mierda. Y este año no iba a ser una excepción.

 

Beckham dejando la flema a un lado y explicándole al linier el tamaño de la barra de pan duro que le piensa meter.

Por la noche era el turno de Argentina y México. El Diego quitó a Jonás del lateral para poner a Otamendi, que es central y, obviamente, defiende mejor. Los primeros compases del partido fueron aburridos. Verón en el banquillo y Messi retrasado no parece una buena fórmula. Además, el 10 estaba en plan soy mejor que todos vosotros, hijos de puta, y me voy cuando quiero y no se la paso a nadie. Y no le salió del todo bien. El Diego le sigue aguantando todo el partido para que la cuele ya, pero no hay manera. De un medio tiro medio pase suyo llega el primero: Tévez remata, en fuera de juego, y la cuela. Dicen que se ha visto por el marcador. Aún así, el árbitro no rectificó. Entre otras cosas, porque no puede hacerlo. Los mexicanos, amamonados por la jugada, le regalaron a Higuaín el segundo. En la celebración, el cámara se acercó demasiado a Heinze, que hizo un gran partido, y el lateral zurdo le indicó con bellas palabras y caricias amables que guardase la distancia. En el descanso la segunda parte se preveía mojonera, y así fue. Máxime tras el golazo de Tévez, que ya ha aparecido en este Mundial. El del City es un jugador descomunal. Más tarde, el tipo con el nombre menos serio del torneo recortó distancias con un buen gol. El United parece que ha hecho un buen fichaje. Los argentinos juegan la mitad de los partidos andando, no sabemos si porque no tienen rivales que le aprieten o porque no pueden hacerlo de otro modo.

Lo veremos el sábado que viene. Mismo recorrido que en el Mundial pasado, en octavos contra los mexicanos y en cuartos contra los alemanes, que ganaron por penaltis. Mañana los brasileros y los holandeses han de pasar, pero cualquiera sabe. No nos importaría que saltase la sorpresa.

La salida, al fondo a la derecha; gracias por venir

Lo dicho. La cosa se pone interesante porque la gente empieza a irse al carajo.  Y miente el que diga que no disfruta viendo lágrima ajenas. Y quien dice lágrimas dice berrinches de maricona mosqueá, como el astrólogo negándose a darle la mano a Parreira tras haber sido humillado ante el equipo local. Una Sudáfrica que, por cierto, son los primeros anfitriones que no pasan la fase previa. Los negros son tan buenos que ni sobornan al árbitro, unas pocas trompetitas y se acabó. En el mismo grupo, al final no hubo apaño y los uruguayos quedan primeros asegurándose un cuadro relativamente sencillo: o ellos, o los surcoreanos, o los yankees o los ghaneses se plantan en semifinal de un Mundial. Abidal, el gabacho al que le gusta hacer chapuzas en su casa y la de sus amigos, se quedó alicatando el cuarto de baño del hotel en lugar de jugar el partido. Ya tiene que estar chunga la cosa por ahí arriba para que nos de algo parecido a la pena la situación que vive su equipo. Mentira. Los cojones se nos van a caer al suelo de tanta risa.

El siguiente grupo se despachó sin mucha chicha. A los griegos no le salió de los huevos ir a por el partido en ningún momento, y una Argentina llena de suplentes ganó cuando quiso hacerlo. Única seleción que hace pleno en la fase de grupos a la espera de holandeses y brasileros, porque los chilenos ni nos lo planteamos. El Diego le entregó la capitanía a Messi y lo puso todo el partido para que metiera uno, pero ni así. Sí lo hizo Palermo, que estaba cantado que iba a colar la primera que tuviera. En el otro partido, negros y chinos empataron y son los coreanos chungos los que se clasifican. Suponemos que los griegos tiene motivos de sobra para estar encabronados en su país, pero la actitud del equipo ayer puede ser una más. Sólo salvamos a Samaras. El resto fue mierda.

En Sudáfrica, como en tú país, hace frío en junio.

Ya en la jornada de hoy, Capello y los yankees salvaron el culo. Los herejes lo tenían fácil, había que ganar a los más malos del grupo, por muy líderes que fueran. Y lo hicieron. Cagando, pero lo hicieron. Marcó Defoe y con eso bastó para meterse segunda de grupo. Se verán las caras contra los alemanes en octavos. Llevan toda la vida peleándose, están condenados a seguir haciéndolo. Los americanos, a todo esto, marcaron en el descuento, que sino se colaban los eslovenos. Donovan aprovecha un rechace dentro del área y la cuela y se vuelve loco. No es para menos. 

Y por la noche acabamos de ver un partidazo. Alemanes mestizos y negros han jugado el partido más serio de lo que llevamos de torneo. El que ha jugado de lateral zurdo para los europeos tenía un hermanastro en Ghana. Eso resume bastante bien en qué se ha convertido Alemania. Aún así, juegan bien. El partido ha estado lleno de ocasiones, casi todas falladas. Muy bien Gyan, aunque quizás algo sólo arriba. Ozil falló una clarísima, pero lo arregló con un golazo cuando más falta hacía. Con el resultado del otro partido, y con los negros perdiendo, el final se barruntaba apasionante. Pero no, tuvieron que marcar los canguros y se clasificaban pese a la derrota. Radomir, nos caías medio bien porque llevas aquí más años que la Puerta del Sol y hablas como un subnormal, pero esto no te lo perdonamos. Tenías algún que otro buen jugador, pero privarnos del final que queríamos ver es para retirarte el carnet de entrenador. Que vuelva Clemente. 

A ver quién tiene cojones de saber si es Khedira o Baros.

En definitiva, que un cruce va a quedar muy jodido y, por el otro lado, una con la que nadie contaba se va a meter en semis. Esto ya no hay quien lo pare. Mañana, más gente fuera, que son muchos y aquí ya está empezando a oler.

Se acabaron las mariconadas

Y no es que se hayan ido los gabachos del Mundial, no. Tiempo al tiempo, de mañana no deberían pasar. Por ahora ni siquiera entrenan. Evra se pega con el preparador físico y Ribery dice que todo el mundo se ríe de ellos. Ha tardado 27 años en darse cuenta. Un tipo que tiene un puesto extraño coge y dimite, al grito de que eso es una vergüenza. Pues claro que lo es, hijo mío. La misma casa de pervertidos que siempre. Encima, por lo visto, los negracos quieren rellenarle el agujero a Gourcuff, por aquello de ser blanquito y de buena familia. Y, en medio, un tipo que hace alineaciones según el signo del zodíaco. Y que le mandan a tomar por culo y dice que el problema es que haya salido a la luz pública, porque de lo contrario lo pone de titular si hace falta. Los Pirineos deberían tener cien kilómetros de altitud.

Ayer los paraguayos (¿para qué?) le ganaron a los eslovacos. Nosotros vamos con los europeos por las hembras y por Hamsik. Pero si les va a burrear cualquiera, no vamos a llorar. Podrían desaparecer mañana mismo, que sólo perderíamos un destino interrailero. Además, las paraguayas vienen pisando fuerte. Hablando de furgol, pues son mejores y listo. Líderes de grupo. Los campeones del mundo hicieron un poco el ridículo ante los kiwis, que se llegaron a adelantar. Lippi sigue poniendo un equipo extraño, pero, siendo quienes son, capaces de pasar con tres empates a los octavos y ahí ponerse a jugar. O a ganar, que no es lo mismo, pero da igual. Y por la noche, brasileros contra negros. Se preveía un buen partido, y en algunos ratos lo fue. Al menos, entretenido. Luis Fabiano metió dos buenos goles, uno de ellos ilegal, y ahí empezaron a jugar un poco. Costa de Marfil mal, atenazada. Elano marcó el tercero antes de salir lesionado. Porque esa es otra, al menos los marfileños tuvieron cojones. Patada al primero que vacilara y listo. Y encima echan a Kaká. Eso es lo único bueno que hicieron, demostrar pelotas. Además de marcar un gol, claro. Bueno, pues los brasileros clasificados también y a otra cosa.

Únicamente se nos ocurren cuatro razones para que marque Paraguay. Pero, al menos, son de peso.

Ya en la jornada de hoy, la cosa empezaba con los vecinos contra la República Popular Democrática de Corea. Los portugueses han rendido homenaje a lo mejor que ha salido de allí en siglos, en un gesto que aplaudimos. Pero si de verdad querían honrar la memoria de Saramago, no deberían haber humillado al comunismo de la manera que lo han hecho. Siete putos goles, uno detrás de otro. Ha metido hasta Ronaldo, que la última vez que marcó acababa de hacer la comunión. O de comer su primer bacalao. O lo que sea que hagan los niños allí. Algo muy raro tiene que ocurrir para que los lusos no pasen de ronda, dejando fuera a los negros. Se están comiendo un carajo del tamaño de los suyos en este mundial, por cierto. Por la tarde, nuestros rivales de grupo. Los chilenos son mejores que los suizos, por lo que ganan. Aunque con uno más y sin jugar muy allá, pero ganan. Líderes de grupo por ahora.

Y a la noche, por fin, La Patria. Don Pantuflo ha metido dos cambios en el once: Torres y Navas. El primero no ha estado acertado, fallando varias ocasiones que no están a la altura del gran jugador que es. Imaginamos que las pamplinas tales como que está saliendo de una lesión serán la excusa, a ver si se le ve más acertado conforme avance el campeonato. Porque tiene que avanzar. Y el sevillista, pues de tantas veces que le dan la pelota, algunas salen mal, claro. Pero hay que quedarse con las que sí le salen, como los pases a Xavi y Villa que casi acaban en gol o el penalti que provoca y que el delantero asturiano manda fuera. Aunque diga que no, Don Pantuflo pone un doble pivote, y eso únicamente tiene un nombre con el plantel que hay: puta mierda. Xabi Alonso se vale de sobra para jugar ahí, y Cesc ha de entrar por Busquets. Así se ganó una Eurocopa. Así lo quiso Don Luis. Hablando del partido, pues se ganó sin jugar bien. Villa marcó un par de goles y la defensa parecía estar drogada durante todo el encuentro, sobre todo al final. Si delante hubiese habido un equipo de fútbol la cosa podría haber acabado mucho mejor. Parece mentira, con los futbolistas que hay. Algo falla. Pero bueno, el viernes La Patria se la juega ante los chilenos, veremos cómo va la cosa.

Don Pantuflo, mirando con orgullo a su doble pivote.

Y ya está. Las pamplinas se acaban a partir de mañana, con cuatro partidos por día y otras tantas selecciones que se van al carajo. Grupo A y B para empezar, como parece lógico. La cosa se anima, sino por furgol, por emociones fuertes.

Primeras despedidas

El primer plato del día eran holandeses y japoneses. Ningún cambio significativo en los europeos, con Don Cristal todavía lesionado. El árbitro era el mismo del baile en el túnel de vestuarios el otro día, pero hoy hemos llegado con los himnos y no sabemos si lo ha repetido. La primera parte ha sido un coñazo como para volverse a acostar. La segunda comenzó con los tulipanes mucho más espabilados, hasta que Sneijder le dobla las manos al indigno sucesor de Benji Price en la portería japonesa. Con el botín conseguido, se volvió a calmar todo. El delantero Okubo tuvo alguna ocasión, pero la desaprovechó. Los japoneses se reclamaban muchas cosas entre sí, achacándose todos los errores. Salió Nakamura. En Holanda, Elia y Afellay, el último casi al final. En la primera pelota que tocó se quedó sólo ante el portero y la falló. Huntelaar sale en el 87 y aún así tiene la opción de plantarse mano a mano, pero el jugador del PSV se la quita y lo intenta por segunda vez, con idéntico resultado. La carita del delantero del Milan era para verla, una ocasión que tiene para salir en los resúmenes y colocarse en algún sitio, y se la joden. Y ahí se acabó la cosa. Los holandeses juegan menos de lo que se les supone, pero son los primeros en clasificarse matemáticamente para octavos. Podrán esperar rival mientras se rascan sus neerlandeses cojones.

Huntelaar, reclamando a Afellay al final del encuentro.

El Ghana – Australia no lo vimos. La razón principal es, sencillamente, que no nos apetecía. Siempre hay tiempo para ver a un puñado de negros y de canguros traidores jugando al fútbol. Nada queda ya en Australia de aquellas putas y aquellos delincuentes que poblaron su territorio. Si los herejes los expulsaron es que algo bueno tendrían. Y desde entonces, quitándose de en medio algún que otro aborígen, copularon y copularon hasta parir los tipejos que juegan en Sudáfrica. El resultado es una selección bastante mala. Por lo que vemos en el resumen, Gyan marcó un gol y pudo hacer alguno más. Buen jugador el muchacho. Kewell eligió entre lesionarse o que lo expulsaran, porque eso de jugar partidos enteros no va con él, y dejó a los canguros con uno menos, yendo, además, por encima en el marcador. Y, bueno, ya está, haber visto el partido. 

Parece que antes de palmarla le dio tiempo a pasarle informes a Japón y Dinamarca.

El de la noche ha sido el partido más entretenido de lo que llevamos de Mundial. Los leones indomables contra los daneses. Durante la semana ha habido motín en la concentración camerunesa. Los pesos pesados del vestuario han dicho que ningún blanquito iba a decirles lo que tenían que hacer, y Emaná ha sido titular y Eto´o ha jugado de delantero centro. Por Mourinho se sacrifica, pero por Le Guen no. Ha sido divertido por el vaivén continuo, más propiciado por las cagadas de ambos equipos que por el acierto. Prueba de ello, el primer gol. Poulsen, que luego cuajaría un muy buen partido, se la entrega a un negro que se la pasa a Eto´o que no perdona y lo celebra enrabietado como pocas veces se le ha visto, que ya es decir. A la media hora una contra perfecta de los daneses acaba en el gol de Bendtner. De ahí hasta el descanso, ocasiones para uno y otro bando, casi siempre mal finalizadas. Tras la reanudación, el ritmo no decayó. Ocasiones falladas por Camerún y Rommedahl, en una buena jugada personal, hace el segundo. Esto sólo hizo que los negros se volcaran más, pero con triste resultado para ellos. Las tuvieron muy claras, pero no quiso entrar. Son los primeros en marcharse. A Emaná, que jugó un buen partido, se le junta esto con el ascenso fallido de su equipo. Una de las dos cosas le importa.

Pero los cameruneses no son los únicos en coger el camino de vuelta demasiado pronto. Anelka, viendo el papelón que le esperaba el próximo partido, le ha dicho de todo al tarado que le entrena y así mata dos pájaros de un tiro: se va antes de vacaciones y se queda a gusto. Y eso es todo. Mañana juegan, entre otros, las dos selecciones que tienen en su palmarés la mitad de los mundiales disputados. A ver qué tal. 

La cosa se va animando

La jornada de hoy comenzaba con los Radomir Boys contra los alemanes mestizos, arbitrados por Undiano Mallenco, al que ahora mismo no quieren mucho por tierras teutonas. Ha sido un partido muy entretenido, en el que Serbia ha empezado con una variación con respecto al debut: entra Kuzmanovic y Jovanovic juega arriba acompañando al largo. Los alemanes han jugado igual, y comenzaron siendo superiores. Klose ha hecho un poco el carajote, no sólo por las dos faltas, sino por continuar antes una jugada anulada y tirar a puerta y por hacer alguna que otra entrada más. Al minuto siguiente de su expulsión, una buen centro de Krasic que Zigic le gana al lateral y al central alemán (Salinas, imagínate que tu hija se presenta un día con un novio llamado Mertesacker, eso no puede ser, ¿qué pensarías, Salinas?) y Jovanovic la mete dentro. Fiel a su carácter de majarón, se va al foso a celebrarlo. A continuación, el buen Khedira estrella un balón en el travesaño. Con un polaco expulsado, quedaba el otro. Podolski hizo de todo para buscar el gol, pero siempre falló. Incluido un penalti tan idiota como el del otro día, esta vez de Vidic. A los alemanes se les empezó a notar el cansancio y los serbios pudieron sentenciar con otra al palo del autor del gol y un remate al larguero de Zigic, todo iniciado desde la derecha, donde juega el rubio. Al final, Stankovic hace penalti por la patada que le pega a un alemán dentro del área. El del Inter, por cierto, lleva con éste tres mundiales y cada uno con una selección más pequeña, geográficamente hablando. Para al próximo, si la racha continúa, jugará con la República Independiente de Belgrado.

Personaje de ficción ídolo de muchos serbios. Al menos, de Kuzmanovic y Vidic.

Con las lentejas en el estómago llegó el mejor partido del día. Yankees y eslovenos que, por no tener, no tienen ni tópicos que explotar, dieron un espectáculo entretenido. Se adelantaron los europeos con un buen gol, mientras los americanos lo intentaban, pero no podían. Poco antes del descanso, la sorpresa se hacía mayor cuando ponían tierra de por medio en el marcador. La celebración, por cierto, no la han cambiado. Tras la reanudación, el lateral derecho esloveno falla y Donovan se queda sólo en el borde derecho del área. Avanza buscando un apoyo y, al no encontrarlo, decide reventarla ante un atemorizado portero, que ya estaba casi dentro de la portería. Acortan distancia los yankees, que empujaron hasta la conclusión. Una prolongación de Altidore la aprovecha el hijo del seleccionador para empatar el partido. Justo antes del final, el malí Koman Coulibaly anula un gol completamente legal a los americanos. Ante las protestas yankees, el colegiado pareció señalarse la entrepierna  y repetir una y otra vez su propio nombre, como instándoles a algo. Que tenga cuidado, porque han invadido países por menos, por mucho Obama que nos hayan vendido.

Dan ganas de que no marquen más goles.

El de la noche ha sido un poco mojonero, todo hay que decirlo. Ni happy birthday, ni tanti auguri, ni niño muerto. En el cumpleaños de Capello no va a haber demasiada fiesta. Hizo debutar en un Mundial a un muchacho 24 años menor que él. Igual que el rival, que cambió de portero por la cantada del titular. Los herejes, además del cancerbero, metieron a Carragher por la lesión de King, que se perderá el próximo partido por amarillas, y a Barry por Milner. Argelia basa su juego en defender bien, salir tocando y que los tres habilidosos tengan su día, que no lo tuvieron. En la primera parte fueron mejores que Inglaterra, yendo a por todas en cada balón disputado. Estaban enrabietados, y pocas cosas hay que acojonen más que un moro cabreado. Sin embargo, la intensidad fue cayendo. Casi no hubo ocasiones claras y la incertidumbre en ambas porterías fue disipándose también, porque tal y como comenzó la cosa, parecía que era cuestión de tiempo el gol oligofrénico. Ziani, el extremo moro, lo intentó y pecó de individualista alguna vez. Además, a su sospechoso cabello tintado de rubio hay que añadirle unos calzoncillos de flores que se han podido ver durante la retransmisión, por lo que podemos afirmar que estamos ante un gayer de mucho cuidado. Suponemos que las camisetas marca pezones con las que juegan serán de su agrado. Al final salió Defoe y Crouch, pero nada. Muy aburridos los herejes, incluso Rooney. Lampard y Gerrard podrían haber sido sustituidos hoy por dos penes de goma que nadie lo habría notado salvo, quizás, por el color.

La novia de Crouch, consternada ante la suplencia del espigado delantero.

Y se acabó por hoy. El grupo de los alemanes se iguala y el otro lo lidera el que tiene peor equipo de todos. Mañana Holanda, que si ganó jugando mal, cuando le de por hacerlo bien puede estar entretenido.

La vida no para

Había que ir actualizando esto. Se han jugado seis partidos desde la última vez, así que, para que no quede muy lioso, lo vamos a dividir en dos: loa partidos que importan y los que no. Empezando por la primera categoría, los chilenos le ganaron a los hondureños. Suponemos que estarán contentos. Los dos delanteros estrella de ambos equipos están lesionados aún y no pudieron debutar. Qué pena más grande. Continuamos con sudafricanos y uruguayos. Los negros del sur son tan torpes que ni siquiera han amenazado a Bussaca con que sus pelotas iban a llegar a Suiza en una caja de cerillas si no robaba un poco a su favor. Encima, pita un penalti en contra, que marcó Forlán. Ya había colado otro antes, que, aunque rebota en un defensa, estuvo apañado. En el tercero de Uruguay, Suárez centra como si estuviese jugando al voley con los pies en la playa. Los organizadores dicen adiós al Mundial. No creemos que nadie se entristezca demasiado. Siembra trompetitas y recoge antipatías.

Siguiendo con los partidos que no le importan a nadie llegamos al enfrentamiento entre griegos y negros de un poco más para arriba. Ya tienen que ser malos para dejarse remontar por Grecia. El portero paró bastante, hasta que dejó de hacerlo. Dudamos si meterlo como gol oligofrénico o no. Por cierto, en un alarde de originalidad, hemos pensado, cuando acabe el Mundial, hacer una clasificación de goles idiotas. Algo nunca visto en internet. Bueno, el jugador con nombre de enfermedad femenina entró en la historia griega por marcar el primer gol en unos mundiales. Alejandro Magno, Homero, Platón y Salpingidis. Los nigerianos fallaron una ocasión clarísima que pudo darles el partido. Ya por la noche, mejicanos y franceses. El primer tiempo estuvo igualado. En el segundo, tras el gol en posición dudosa de un tipejo llamado Chicharito, que por muy bueno que digan que es, siempre tendrá nombre ridículo, Francia se vino abajo. Luego, el árbitro, con una alopecia incipiente y caprichosa que en breve le hará parecer un monje, se coronó pitando un penalti que no era. Cuauhtémoc sigue cogiendo la misma carrerilla para tirarlos, aunque sospechamos que un día llegará tan cansado al balón que ni le dará. Hoy le caían goterones de sudor y únicamente llevaba un cuarto de hora en el campo. Será cosa de tener paciencia. Bueno, los franceses, a tomar por culo. Basta que uruguayos y mejicanos pacten un empate para que su paso por el Mundial sea como el de chinorrilandia en 2002, sin importar lo que hagan ellos ante los negros. Y encima sin Toulalan, de lo poco salvable de esa selección.

 

El lateral gabacho, Bacary Sagna, un día que tenía el pecho inflamado.

A La Patria no se le puede dejar sola. Al final, nos las maravillamos para ver el partido, pero sólo un trozo. Por supuesto, estamos ya con los enfrentamientos importantes. Para ser exactos, fue poner los ojos en la pantalla y ver el que es, sin duda, el siguiente en la lista de goles oligofrénicos. Un negro marcando para Suiza. Es criticable salir con Busquets y Xabi Alonso, pero más lo es no sacar a Llorente al final. Imaginamos que Don Pantuflo ha llevado al vascongado para situaciones así. Pues no. Todas las estrellas se escondieron y el final del partido fue un balón tras otro a Navas, que lo intentó siempre. Que pase eso en el Sevilla, que no tiene organizador, pues vale. Pero en La Patria, que nos jactamos de que hasta nos sobran, no se entiende. Esperemos que haya sido un toque de atención, como en el baloncesto la última vez, y todo vuelva por el cauce normal. Si hay un estilo, hay que serle fiel. Don Luis estará retorciéndose en su sofá.

 Y, para terminar, los argentinos le han dado lo suyo a los chinorris. Maxi ha jugado por Verón, que estaba un poco chungo. Samuel se ha lesionado en la primera parte, cuando ya iban ganando. Demichelis es muy bueno, pero la cagada que cuesta un gol es imperdonable. Higuaín ha metido tres, pero sigue sin parecernos mejor que otros delanteros que tiene El Diego a su disposición. Eso no significa que sea malo. Messi juega bien y nadie sabe cómo no lleva ya un par de goles en el Mundial. Además, se le ve metido, más argentino que nunca. Al final, todo se avivó cuando salió el Kun, que en el poco tiempo que estuvo, participó en dos goles y casi cuela otro. El portero de los chinos es más malo que la comida de hospital, y de los demás no podemos comentar nada, porque ni los diferenciamos ni tenemos ninguna gana de hacerlo. El Diego espera rival en octavos.

Y ya está. Mañana más porque esto, como todo, no para. Buen menú el que se presenta, a ver si Ozil hace de las suyas. La muchacha que está bajo estas líneas también acostumbra a estarlo de Forlán. O arriba. O al lado.